Las últimas lluvias aumentan la amenaza de erosión de las zonas calcinadas con mayor pendiente. Los expertos y ecologistas apuestan por no realizar campañas de plantación y dejar que la vegetación afectada se recupere por sí misma.
El pasado 11 de Septiembre se produjo un incendio, por lo
visto intencionado, en el Parque Natural del Montgó y alrededores, afectando a
un total de 444 hectáreas de las cuales 418 ha. eran forestales.
El Montgó es un parque emblemático del País Valenciano que tiene una extensión de 2117.68 hectáreas y se encuentra en la comarca de la Marina Alta, alzándose entre las llanuras colindantes de Ondara-Denia, Jávea (Xàbia)-Gata de Gorgos. Fue declarado Parque Natural en el año 1987 por su gran valor paisajístico y ecológico.
Macizo del Montgó
Paisaje del Montgó,
antes y después del incendio.
Este incendio ha eliminado temporalmente la parte aérea de
la vegetación y ha alterado la parte superficial de los suelos. Esto condiciona
los procesos erosivos e hidrológicos, influyendo en el ciclo del agua y en la
evolución de los ecosistemas. Cuando el suelo pierde parte de su funcionalidad,
se altera el ciclo hidrológico, el ciclo del nitrógeno, el ciclo del carbono y
el reciclaje de los materiales orgánicos y procesos de erosión.
La erosión hídrica del suelo es un proceso
extraordinariamente activo en los suelos afectados por incendios forestales, ya
que se elimina la capa de cenizas y el horizonte orgánico, que es uno de los
reservorios más abundantes en nutrientes. Esta erosión hídrica es elevada en
los meses con elevada posibilidad de lluvias torrenciales (Noviembre y
Diciembre) y en las zonas de mayor pendiente, como es el caso del barranco de
Malonda y Loma de Castañar, en Dénia, y el área situada sobre el puerto de
Jávea y que llega hasta el Cabo de San
Antonio.
Dentro de las masas arbóreas mediterráneas destacan las
compuestas por pinus halepensis
conocido comúnmente como pino carrasco y de endemismos como el Carduncellus dianius, hierba de
herradura (Hippocrepis valentina), la
escabiosa rupestre (Pseudoscabiosa
saxatilis), la Sanguisorba
ancistroides o la Sarcocapnos
saetabensis, con un total de 650 especies de flora. Además del daño visible
que se ha producido sobre la vegetación, hay que destacar la pérdida de hábitat
de miles de aves que aprovechaban estos árboles para anidar (carbonero común (Parus major), carbonero garrapinos (P. ater), herrrerillo (P. cristatus), currucas (Silvia ssp.), o los piquituertos (Loxia curvirostra)). Las pinadas que han
sobrevivido a los incendios pueden albergar al cárabo (Strix aluco).
Sarcocapnos saetabensis
Como bien ha señalado Ecologistas en Acció-Agro, es mejor
que no se lleve a cabo ninguna campaña de plantaciones dejando que la
vegetación afectada se recupere "por sí misma", para evitar la
entrada de gente y de maquinaria pesada que puede dañar mucho más el territorio.
Si en un par de años la zona no se
recupera, especialistas en la materia tendrían que realizar informes técnicos
para intervenir sobre la zona adecuadamente.
Además, se ha indicado la importancia de recuperar los
servicios de vigilancia, prevención y gestión del parque que la Conselleria de
Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ha suprimido. Diputados de
Compromís y del PSOE han criticado la gestión caótica y desorganizada del UME
(Unidad Militar de Emergencia), además de la falta de medios y personal
dedicados a la prevención y extinción de incendios.
Por último, se debe investigar si la Ley Estatal de Montes (Ley 3/1993) va a ser modificada como pretende el PP para permitir construir sobre suelo quemado. Según ha publicado el BOE el 27 de Junio de 2014, esta ley señala que el cambio de uso es posible, si antes de que se produzca un incendio existe un instrumento de planeamiento aprobado o pendiente de aprobación, siempre que “ya hubiera sido objeto de evaluación ambiental favorable o, de no ser esta exigible, si ya hubiera sido sometido al trámite de información pública”.
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